¡Doble desafío!
Cáncer de mama y las enfermedades reumáticas, musculoequeléticas y autoinmunes
El cáncer de mama representa el 13% de todos los casos de cáncer en Panamá, siendo la principal causa de incidencia oncológica en el país).
Actualmente se registran más de 4,000 casos de cáncer de mama, con mayor concentración en las provincias de Panamá, Panamá Oeste, Colón y Chiriquí.
La detección temprana sigue siendo la herramienta más efectiva para combatir esta enfermedad que afecta principalmente a mujeres, pero también puede presentarse en hombres.
La relación entre las enfermedades reumáticas, musculoesqueléticas y autoinmunes (ERMA) y el cáncer de mama ha sido objeto de estudio en los últimos años.
La evidencia sugiere que los pacientes con estas condiciones pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama debido a factores como la inflamación crónica, el uso de medicamentos inmunosupresores y alteraciones en el sistema inmunológico.
Factores de riesgo
- Edad
- Menstruación temprana
- Menopausia tardía
- Ningún embarazo (nuliparidad)
- Nunca haber dado de mamar
- Primer embarazo con más de 30 años
- La historia familiar
- Fumar
- Obesidad
- Abuso de alcohol
- Estrés
Las hormonas, principalmente los estrógenos, no realizan correctamente sus funciones.
- Artritis Reumatoide (AR): enfermedad autoinmune crónica caracterizada por inflamación sistémica. Estudios han demostrado que los pacientes con AR tienen un riesgo ligeramente aumentado de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama.
- Lupus Eritematoso Sistémico (LES): enfermedad autoinmune que se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer, incluido el cáncer de mama. La inflamación crónica y las alteraciones inmunológicas parecen ser factores clave.
- Esclerosis Sistémica (Esclerodermia): enfermedad autoinmune que afecta el tejido conectivo y se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer, incluido el cáncer de mama.
Todo lo que necesitas saber sobre el Lupus
El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar a cualquier parte del cuerpo, desde la piel hasta los órganos internos.
Aunque es más común en mujeres jóvenes, puede presentarse en cualquier persona, sin importar edad o género.
El lupus ocurre cuando el sistema inmunológico, que normalmente protege al cuerpo contra infecciones, ataca por error tejidos y órganos sanos.
Esto puede causar inflamación, dolor y daño en diversas partes del cuerpo, como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón y los pulmones. El lupus es conocido por su naturaleza impredecible, con períodos de actividad (brotes) y otros de remisión.
- Lupus Eritematoso Sistémico (LES): Es la forma más común y puede afectar múltiples órganos y sistemas. Puede ser leve o grave, dependiendo de los órganos involucrados.
- Lupus Eritematoso Cutáneo: Se limita principalmente a la piel, causando erupciones, lesiones o sensibilidad al sol. El lupus discoide es un subtipo que provoca manchas redondeadas en la piel.
- Lupus Inducido por Medicamentos: Es causado por ciertos medicamentos y suele desaparecer al suspenderlos. Los síntomas son similares al LES, pero generalmente menos graves.
- Lupus Neonatal: Afecta a recién nacidos de madres con lupus. Es raro y suele manifestarse con erupciones cutáneas o problemas hepáticos temporales.
- Fatiga extrema: Un cansancio persistente que no mejora con el descanso.
- Dolor o inflamación articular: Especialmente en manos, muñecas y rodillas.
- Erupciones cutáneas: La más característica es la erupción en forma de mariposa en las mejillas y la nariz.
- Fiebre sin causa aparente: A menudo relacionada con brotes de la enfermedad.
- Sensibilidad al sol: La exposición solar puede desencadenar erupciones o empeorar los síntomas.
- Problemas renales: Como hinchazón en las piernas o cambios en la orina.
- Otros síntomas: Caída del cabello, dolor torácico, anemia, coágulos sanguíneos o problemas neurológicos.
- Historia clínica y síntomas: Evaluación detallada de los síntomas y antecedentes médicos.
- Análisis de sangre: Pruebas como los anticuerpos antinucleares (ANA) son clave, aunque no específicas. Otros anticuerpos, como anti-dsDNA o anti-Smith, son más específicos para el lupus.
- Análisis de orina: Para detectar problemas renales.
- Biopsias: En algunos casos, se toman muestras de piel o riñón para confirmar el diagnóstico.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE): Como el ibuprofeno, para aliviar el dolor articular y la inflamación.
- Corticoides: Como la prednisona, para controlar la inflamación en brotes graves.
- Antimaláricos: La hidroxicloroquina es ampliamente utilizada para tratar erupciones, fatiga y prevenir brotes.
- Inmunosupresores: Como el metotrexato o la azatioprina, para reducir la actividad del sistema inmunológico en casos graves.
- Biológicos: Medicamentos como el belimumab, que actúan sobre el sistema inmunológico de forma específica.
- Cambios en el estilo de vida: Protegerse del sol, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio moderado y gestionar el estrés son fundamentales.
Es una enfermedad rara
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